Hace años me sucedía que en la madrugada no podía dormir, creía que era por las deudas, y problemas, me desvelaba y eso me molestaba mucho, y amanecía sin encontrar posible solución; hasta que entendí que no eran los problemas los que me quitaban el sueño, era la presencia de Dios que buscaba hablar conmigo para aconsejarme y ayudarme, ahora mi alma se goza cuando no tengo sueño. Por: José Alberto Betanzos Salgado
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